¿VPF + DCP, la solución del cine digital?

Este post surge por un email que recibimos hace poco de la Empresa Ymagis cuyo asunto decía:  Lista de cines VPF estreno “Baratometrajes 2.0 El Futuro del Cine hecho en España”. Y como este asunto es “todo un mundo”, lleno de siglas y explicaciones técnicas, hemos decidido poner orden y explicar qué es esto y en qué afecta a nuestras modestas películas.

Como hemos podido ver desde hace ya varios años, el paso del cine analógico al digital ha traído consigo una fuerte transformación de la que, en principio, todo eran ventajas sobre el papel. Las películas en formato digital no se desgastan con el uso como pasaba antes con el celuloide, y el envío por parte de las distribuidoras a las salas es más rápido, seguro y económico que los envíos de las bobinas de 35mm, que al ser tan pesadas, suponían un verdadero problema logístico. Ahora hay dos opciones:  enviar (por mensajería o correo certificado) discos duros o pendrives con la película convenientemente digitalizada y encríptada (el nuevo estándar es el DCP, Digital Cinema Package)  o mandar esos archivos de las películas vía satélite, dependiendo de la tecnología que haya implementado cada sala o cadena de cines.

Sin embargo, para poder hacer frente a esta nueva tecnología,  los exhibidores han tenido que hacerse con proyectores digitales, que son estupendos, pero muy caros. ¿Quién ha tenido que hacerse cargo de estos gastos y asumir la inversión? ¿Es justo que se encarguen de ello tan solo los exhibidores si las verdaderas beneficiadas del abaratamiento del coste de las copias han sido las distribuidoras? Ahí es donde entra en juego la VPF o Virtual Print Fee, la solución que encontraron las grandes mayors americanas, y que, por supuesto, implantaron en el resto del mundo después. El VPF o Virtual Print Fee es una tarifa por copia virtual que las distribuidoras y los proveedores de contenido deben pagar para asumir parte del costo de la instalación de los nuevos equipos. La medida buscaba redistribuir el costo hasta que se lograse amortizar por completo la inversión y que los dueños de las salas de cine recuperasen la inversión que hicieron para cambiar los proyectores de celuloide a digital. Entrando, además, una tercera parte en el negocio, las empresas integradoras, que con la recaudación del VPF financian la compra e instalación de equipos, y luego les cobran a los exhibidores por usar y mantener dichos equipos.

 

celuloide

 

O se evoluciona o se muere. Eso parece claro. La imposición del pago del VPF parecía, a priori, una buena solución. Al menos para los grandes estudios de Hollywood, que cuentan con una estructura sólida de distribución por todo el mundo. No tienen nada que perder. En el peor de los casos, si no ganan nada, simplemente se ahorrran miles de millones de dólares al año. Pero, ¿es así para todo el mundo? ¿Qué pasa con las salas de cine más pequeñas? Muchas no cuentan con los recursos suficientes para afrontar este cambio. Aunque las ventajas del nuevo sistema son numerosas, el proceso de cambio ha llegado en un mal momento: contexto de crisis, abusiva subida del IVA al 21 % y la pérdida  masiva de espectadores, para una inversión que según nos explicaba en BARATOmetrajes 2.0 Enrique González Khun, de los cines Renoir, ronda los 50. 000 euros por cabina/sala. Ante la falta de opciones (las ayudas públicas para la digitalización de las salas son muy escasas, salvo el Programa MEDIA de la Unión Europea y algunos programas regionales) muchos cines independientes están optando por saltarse la figura del integrador y negociar directamente con las distribuidoras el VPF sin una figura intermediadora que, posiblemente, les privase de libertad a la hora de elegir lo que quieren proyectar.

 

gente en cine

 

¿Y cómo deja todo esto a las películas de bajo presupuesto? Desde siempre, el cine indie ha tenido problemas para acceder a las salas. Parecía que la llegada del cine digital y la proyección con DCP ayudaría a los independientes a disminuir los costes de producción y distribución de su material y tener mayor presencia en salas. ¿Ha sido así realmente o se sigue programando lo mismo, pero de forma más barata? Nosotros opinamos que para las pelis de bajo presupuesto nos lo ponen aún más difícil

 

BARATOmetrajes 2.0 no ha tenido por ahora una copia en DCP y nuestro estreno en salas comerciales fue en Blu-Ray, ya que la Cineteca disponía de este otro formato. Nos faltó presupuesto para hacer un DCP y pagar el VPF (que no hubiera dependido del numero de entradas vendidas, es una cantidad fija por cada semana en cartel). Nuestro impresión, ahora mismo, es que las pelis más independientes son las que siempre pagan el pato, con peajes para hacer frente a la distribución comercial, y que, además, son las que menos opciones tienen de recuperar cualquier gasto que lleve el estreno, ya sea el VPF, las propias copias o la publicidad. ¿Es realmente mucho más barato para las películas autodistribuidas el pago del VPF más el DCP que cuando se tenía que pasar de vídeo a 35 mm? Ahora tampoco puedes distribuir en 35mm. ¿No es más fácil olvidarse de problemas y terminar poniéndolo en Blu-Ray en las poquitas salas que también lo tienen? Las negociaciones siempre son difíciles con nuestras peliculas pequeñas, que no garantizan un éxito seguro. Las empresas que gestionan el pago del VPF argumentan que no es realista pretender usar unos equipos que están pagando unos terceros sin aportar alguna cantidad para su uso. Pero, ¿no sería lógico aportar en proporcion? ¿Hay alguna posibilidad real de recuperar la inversión para una película pequeña?  ¿Todo film que quiera ser exhibido y utilizar la tecnología digital debe pagar el VPF, un pago, por otro lado, impuesto por los de siempre? ¿Qué pensáis vosotros?

PD: ¡Ah! Por cierto, al email de Ymagis (una de esas empresas integradoras) que nos referíamos al principio, les contestamos con lo de que no hubo copias en DCP, les pedimos su opinión (en parte reflejada aquí) y les “prometimos”  que les dedicaríamos este post, dado el debate que abre. Y así hacemos.



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